Relatos en la Isla Tintero

Isla Tintero es el lugar donde cualquiera que haya sentido alguna vez la llamada de las palabras debe parar al menos una vez en la vida.

Análisis: el cuantificador del poder

Hay a quien contar las palabras que escribe le suena a chino. Sin ir más lejos, a mí misma hace un tiempo. Escribía a venadas, tal y como me venía, sin preocuparme por tomar medidas de lo que hacía. No fue hasta que empecé a leer blogs de escritores cuando me di cuenta de que había métodos más productivos para escribir. Hay muchos, a cada uno le funciona el suyo, y hoy os quiero hablar de mi favorito: el cuantificador.

Antes de empezar quiero darle las gracias a Miguel Ángel Alonso Pulido, que escribe las entradas que más me motivan en cuanto a productividad. Fue en su blog donde conocí el cuantificador y gracias a él me animé a probarlo por primera vez. Si no conocéis su blog ya estáis tardando en pasaros por ahí, que tiene entradas geniales y muy instructivas.

Pero vamos al meollo de la cuestión ¿qué es el cuantificador?¿Para qué sirve ?¿Cómo se utiliza? Bien, el cuantificador es simplemente una tabla de Excel en la que puedes apuntar fácilmente los datos de tus sesiones de escritura. El orginal de Miguel Ángel está dividido en dos partes: ficción y no ficción, aunque aunque hay quien podría preferir tener solo una. Tras cada sesión de escritura hay que introducir en la tabla el tiempo que has estado escribiendo en minutos y las palabras que has escrito, así como la fecha de ese día. Después, la tabla calcula automáticamente cuántas cuántas palabras escribes por minuto cuánto llevas escrito y hasta cuánto te falta para terminar tu proyecto. Eso es un puntazo: el cuantificador te permite ponerte objetivos y controlar qué tal los estás cumpliendo.

En esta imagen podéis ver a la izquierda cómo es la tabla para introducir los datos. A  la derecha, cómo cuenta la tabla tus objetivos. Como veis, yo las casillas para objetivos globales no la uso, porque no quiero ponerle un número de palabras mínimo a mi proyecto. Si estáis preocupados porque es un lío, olvidaos, las instrucciones de uso vienen bien claras en el propio documento, así que no tendréis ningún problema.

Otra cosa que tiene que me gusta mucho es la racha mensual. Simplemente es una columna en la que cada día introduces el número de palabras que has escrito en total. La idea es no romper la racha; yo era incapaz de ver una celda con el número 0 y por eso me forzaba escribir todos los días, que así, al fin y al cabo, es como se cree el hábito. Estoy orgullosa porque en dos meses y medio que llevo usando el cuantificador solo me he olvidado escribir un día (pero tengo excusa, era el día antes de mi último examen de segundo de carrera y simplemente se me olvidó con tanta planta y hormona vegetal).

cuantificador4

Os estoy abriendo mi corazón.

El cuantificador también te permite contar las palabras de ficción y no ficción que has hecho, que es muy útil, sobre todo si llevas un blog (te permite controlar cuánto tiempo dedicas a tu blog de escritor comparado con tus novelas.)

Además, como cada mes corresponde a una página de Excel, es fácil comparar los diferentes meses entre ellos, que es lo que hace Miguel Ángel para luego hacer los balances mensuales y ver cómo ha ido cada uno con respecto a los anteriores, cosa que veo muy útil para ver tu evolución como escritor.

Desde el momento que empecé a usar el cuantificador me di cuenta de que me iba a servir de mucho, aunque al principio encontré algo difícil acostumbrarme a controlar el tiempo de las sesiones. Es algo que simplemente se me da mal porque se me olvida mirar a qué hora empieza (y de hecho aún hay veces que me lo invento.) Sin embargo, con el paso de los días me he ido acostumbrando y cada vez me resulta más fácil.

Por otro lado, enseguida hice algunas modificaciones la tabla que me había descargado el blog de Miguel Ángel, sobre todo jugando con el código de colores. Soy una persona bastante visual a la que le gusta tener los datos ordenados en un solo golpe de vista. Así que, decidí colorear las celdas de cada sesión de escritura de un color diferente dependiendo de a qué proyecto pertenecían; así luego me resulta muy fácil saber cuánto tiempo dedicado a cada proyecto y si se corresponde con lo que quiero conseguir. Me parece que esto viene tremendamente bien y que, por lo menos a mí, me ha servido de mucho.

cuantificador1

No solo son proyectos, por ejemplo, lo amarillo corresponde a microrrelatos.

Otro cambio que he hecho (este ya es más chorras) ha consistido en pintar los días de la racha mensual según el tiempo que hubiera tenido para escribir. Por ejemplo, los días que tenía clase normal los dejaba en blanco, los días del periodo de exámenes en los que  me quedaba todo el día en casa estudiando (incluidos fines de semana), los pintaba en amarillo y los de ahora que estoy de vacaciones los pinto en naranja. De este modo puedo saber cuánto más o menos cuántas palabras soy capaz de escribir dependiendo de las circunstancias. Eso también me parece muy útil porque es obvio que no vas a escribir las mismas palabras estando de exámenes que de vacaciones; sí puedes diferenciar fácilmente y no ser tan duro contigo mismo si durante un periodo de tiempo escribiste menos.

Otra mejora que he pensado pero que no he añadido (porque soy demasiado torpe con estas cosas) es la de añadir la hora. Aunque en el cuantificador de Miguel Ángel no aparece una casilla para eso, creo que puede ser muy útil para averiguar a qué hora del día eres más productivo, en caso de que no lo sepas. Así, después podrías planificar tus sesiones de escritura respecto a esos datos y convertirte en un rey de la productividad. Si no quieres añadir hora y lo quieres simplificar, también puedes optar por pintar de cada color según mañana, tarde y noche. Si ya usabas el color de las celdas para otra cosa, punta el borde; el caso es que tú lo distingas.

Como ya he dicho, uso el cuantificador desde hace dos meses y medio y me parece una gozada. Ahora quiero comprobar hasta qué punto puedo exprimir sus propiedades y también examinar los resultados que ha dado. Creo que ahora es algo pronto para sacar conclusiones definitivas y quiero esperar, como mínimo, a que termine el verano. Como podréis comprender, dos meses y medio, de los cuales dos he estado a tope de trabajo en la universidad no son una muestra muy significativa. Sin embargo, en julio también me he apuntado al NaNoWrimo Camp, así que tendré datos de más sesiones para examinar. Seguiré informando y no descarto otro análisis sobre septiembre u octubre.

A estas alturas, seguro que muchos estáis pensando «¡Basta ya de hablar de ti, queremos el cuantificador!». Voy, voy. Ya sabéis que yo descargué el archivo de la página web de Miguel Ángel, así que vosotros podéis hacer lo mismo desde esta entrada suya. O desde esta, si queréis. Os recomiendo que las leáis, porque merecen la pena ambas. Desde luego, a mí me gustan un montón. Si alguien quiere mi versión del cuantificador le puedo enseñar cómo la hago, pero como no hay fórmulas introducidas, que simplemente pinto y hago los cálculos a mano, no creo que tenga sentido enviarle a nadie mi propia versión del cuantificador.

Llegados a este punto, ya solo me queda animaros a usar el cuantificador a todos, que creo que os va a venir bien. Y si lo hacéis, volved al blog a contarme vuestra experiencia, por favor, y a compartir con todos las modificaciones que le hagáis. ¡Ah! Y no olvidéis darle un poco de tiempo para acostumbraros. Si el primer día no os parece lo más cómodo del mundo, no lo condenéis en ese momento, esperad al menos tres o cuatro días. A mí me pasó un poco al principio, estaba bien, pero no acababa de verle la gracia. En cambio, después de unos días, cuando empecé a llenar las celdas, descubrí que me encantaba.

Espero que la entrada os haya resultado útil a todos, y desde aquí, mil gracias a Miguel Ángel por darnos a conocer este sistema tan chachi. Si alguno de vosotros tiene un método que funcione para contar las palabras, me encantaría que lo explicara en los comentarios con todo lujo de detalles.

¡Por cierto! El domingo que viene estaré en el Celsius. Podría escribir una entrada y dejarla programada, pero me parece mucho más interesante subir una el lunes o el martes explicando cómo fue el festival y todas esas cosillas de salseo que queréis saber. Sin embargo, estoy abierta a sugerencias.

Y ya dejo de dar la brasa, solo me queda recordar a los lectores que en cuanto vuelva de mis vacaciones intentaré poner en marcha el concurso de relatos ¡y que se buscan mecenas!

Eso ha sido todo. Gracias por leer y hasta la próxima entrada 😀

 

8 comentarios el “Análisis: el cuantificador del poder

  1. Carmelo Beltrán Martínez
    julio 17, 2016

    Como siempre, un post muy interesante, Raquel.

    Creo que voy a copiarte un poco la idea.

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  2. Muchas gracias por las menciones, Raquel. Me alegra que el cuantificador te haya resultado útil. Al final, es tan simple como que si quieres ser más productiv@, debes controlar lo que escribes sea con un excel, o apuntando en una hoja, da igual. No puedes dejar la escritura solo para cuando te sientes inspirad@; cuando la inspiración llegue, tiene que encontrarte currando. ¡Un abrazo!

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    • soyperry
      julio 18, 2016

      Ya te digo, yo pensaba que era una chorrada pero ha resultado ser utilísimo. Aún me cuesta tomar nota de cuando empiezo y tal, pero bueno. ¡Muchas gracias a ti!

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  3. Marta Parejo
    julio 18, 2016

    Pues oye, nunca había pensado yo en hacer un cuantificador, pero tiene pinta de darte una alegría cada vez que lo ves que creo que me haré uno. Tengo tantas aficiones que llevo a la vez que realmente no sé si avanzo en ninguna de ellas, y este cuantificador-planificador me puede venir bien. Gracias por compartirlo. n_n

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  4. Gadi
    agosto 1, 2016

    Es muy similar al sistema que utiliza NaNoWriMo para contabilizar las palabras. Le echaré una ojeada, parece muy interesante (al menos, el del NaNo me sirvió de mucho).

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    • soyperry
      agosto 1, 2016

      ¡Buenas! Yo he probado el del NaNo Camp (no sé si es el mismo) y este me parece más útil. De todos modos, es cuestión de probar 🙂

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Esta entrada fue publicada en julio 17, 2016 por en análisis, escribir y etiquetada con , .

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