Relatos en la Isla Tintero

Isla Tintero es el lugar donde cualquiera que haya sentido alguna vez la llamada de las palabras debe parar al menos una vez en la vida.

Aprendiendo a andar antes de correr

Hace tiempo que tenía ganas de escribir este artículo, porque tuve la idea hace tiempo, y porque es algo que a mí me agobió mucho hasta que adopté el lema que ahora tengo.

«Poco a poco» me digo continuamente «ya llegará el momento«. He tenido etapas de agobiarme mucho, de estresarme por trabajos que aún no habían mandado, de estar indecisa buscando lectores beta para una novela que aún no estaba escrita, pensando en lo que dirían de un relato ni siquiera empezado…muchas cosas.

Para mí, eso era una ansiedad constante, hasta que empecé a convencerme a mí misma de que hay que preocuparse por las cosas en el momento justo, ni antes ni después.  Si te preocupas por algo demasiado tarde, es obvio que te comes el marrón, pero si te preocupas por algo antes de tiempo lo único que vas a conseguir es ponerte nervioso porque, encima de estar preocupado, te darás cuenta de que no hay nada que puedas hacer (normal, si hubiera algo que pudieras hacer ya no te estarías preocupando antes de tiempo).

Hace un mes estuve preocupada por un trabajo en grupo (sí, esos que todos amamos) que aún no habían mandado. Parece una idiotez pero es totalmente verídico. Me sentía impotente por no poder hacer nada y encima sentía que estaba perdiendo el tiempo. Pero la realidad era que no había absolutamente nada que adelantar, ni forma humana de poder sentirme mejor. «Poco a poco» empecé a decirme «cuando lo manden buscarás grupo, después elegiremos tema, luego hablaremos con un tutor, luego repartiremos el trabajo y luego lo haremos».

Esto es solo un ejemplo, pero con este artículo quiero daros algunos consejos para que todos los que os hayáis sentido identificados con los párrafos anteriores dejéis de agobiaros con cosas que no tienen sentido.

Lo primero que os diría es que os acostumbréis a pensar a largo plazo, que empecéis a ver los resultados como la suma de todas esas acciones hechas a lo largo de muchas semanas, muchos meses o incluso muchos años. Si pensáis que lo que queréis conseguir llegará gracias al trabajo diario en vez de a una cantidad X de trabajo que hay que hacer cuanto antes, os agobiaréis menos. A ver, no se si me he explicado, os pongo un ejemplo de escritores: si veis la novela acabada como el resultado de escribir una página al día durante un año en ves de como el resultado de escribir 365 páginas en total os agobiaréis menos simplemente porque tendréis que hacer una cosa al día: escribir una página. O 7 a la semana. No es tanto y un año pasa rápido. En cambio, si quisierais escribir las 365 páginas de golpe, el estrés sería inhumano.

Relacionado con esto, lo segundo es ver el trabajo total partido en trocitos. Volviendo al ejemplo del trabajo, habéis visto que dejé de agobiarme cuando vi el trabajo como la suma de partes y me di cuenta de que no podía hacer una hasta haber hecho la anterior. Podéis aplicar a todo lo mismo, estoy casi segura de que cualquier cosa que tengáis que hacer se puede dividir en diferentes partes y os aseguro que funciona: que es un remedio super eficaz para calmar los nervios.

Por otra parte, os recomiendo también que os ayudéis de lápiz y papel ¿para qué? Para poner por escrito lo que tenéis que hacer. Sea lo que sea. Os parecerá una chorrada pero tenerlo delante ayuda, y mucho. Para que veáis, uno de esos días que estaba cansadísima, que me fui a la cama antes de tiempo porque no me veía capaz de seguir siendo productiva por la noche, lo último que hice antes de dormir fue hacerme una lista con lo que tenía que hacer a la mañana siguiente: «Levantarme cuando suene el despertador. Lavarme la cara. Vestirme. Hacer la mochila. Coger la comida. Desayunar. Abrigarme. Salir a las 8.10». De verdad, os juro que hice eso, pero al menos me sirvió el ir tachando las cosas de la lista mientras las hacía, aunque fueran chorradas como lavarse la cara.

Pues imaginad si esto lo aplicáis a cosas más importantes y más difíciles. Si puede ayudaros a afrontar una mañana, imaginad el proceso de una novela, o del trabajo diario. Mi sugerencia es que hagáis una lista por la noche de lo que queréis hacer al día siguiente, preferiblemente en orden, aunque también podéis hacerla nada más levantaros. También me parece muy útil llevar la lista encima, de tal forma que podáis ir tachando lo que vais consiguiendo.

paper-966142_1920

Sé que muchos de vosotros sois fans de las listas, así que…

Otra cosa que me parece muy útil es hacer estas mismas listas pero ampliándolas a una semana. Pronto haré un artículo sobre cómo me está funcionando a mí esta forma de organización, y por eso no me voy a extender sobre esto. Simplemente os diré que dedico el domingo por la noche a hacer una lista de lo que quiero hacer la semana siguiente y voy tachando poco a poco las cosas que hago.

Lo pone en el título y es lo que he querido transmitir: es importante aprender a andar antes de intentar correr para que las cosas salgan bien. Si tratáis de empezar la casa por el tejado, de hacerlo todo de golpe, es fácil que luego salga mal. Os pongo un ejemplo (sí, otro más): imaginad que intentáis diseñar la portada de vuestro libro antes de empezar a escribirlo. Pues salvo contadas excepciones, probablemente tengáis que repetirla porque mientras escribís se os ocurrirán más ideas u os daréis cuenta de que la portada no transmite la esencia del libro o cualquier otra cosa. ¿No sería lo lógico empezar por el principio y acabar por el final?

Si sois de los que os agobiáis fácilmente ante todo el trabajo que tenéis por delante, os regalo mi lema. Decíos «poco a poco, todo llegará«. Repetíroslo y acabaréis por creerlo, porque encima es verdad. No por mucho madrugar amanece más temprano, así que es mejor disfrutar cada momento, pasarlo bien con aquello que estás haciendo y ser muy consciente de que todo llega, o antes o después.

Y bueno, creo que esto ha sido todo lo que quería deciros esta semana. Me da la sensación de que muchos lectores me odiarán porque querrán que les hable de escribir, pero esto me parecía importante también, ya perdonaréis. Así que, como ya acabo, para el que no me lea voy directamente al resumen: no os agobiéis por lo que aún no os ha llegado, id poco a poco. Mis consejos son que aprendáis a pensar a largo plazo, que veáis los proyectos como suma de trocitos que tenéis que ir haciendo en orden y que posiblemente os ayude mucho escribir las tareas que tenéis que hacer en un papel para tenerlas delante. Es importante aprender a andar antes de correr, no querer hacerlo todo de golpe y aún menos intentar empezar la casa por el tejado, porque así es más fácil que algo salga mal. (Qué resumen más largo por Tehlu).

Si os ha gustado el artículo compartidlo, comentad, leedlo muchas veces, ponedlo en favoritos o lo que os apetezca, pero igualmente muchas gracias por leer 😀

Quiero acabar con una pequeña confesión: después de todo lo que he mejorado diciéndome «Poco a poco», he pasado toda la semana agobiada por los exámenes de Junio ¡y ni siquiera se acercan los de Febrero! ¿Quién me da las collejas que me merezco?

Un comentario el “Aprendiendo a andar antes de correr

  1. Pingback: Resolviendo el misterio: entrevista a Carmen Gancedo | Relatos en la Isla Tintero

Deja un comentario

Información

Esta entrada fue publicada en diciembre 13, 2015 por en escribir, organización y etiquetada con , .

Contador de visitas

  • 77.099 visitas

Introduce tu dirección de correo electrónico para recibir un email avisándote de cada nueva entrada

Follow me on Twitter