Los secretos del crowdfunding con Víctor Blanco

Hace poco entrevisté a la editorial Ronin Literario y cómo no, les pregunté por el crowdfunding. Inocente de mí, creí que me lo podrían contar todo en unas cuantas líneas, pero en lugar de eso ofrecieron que Víctor Blanco, Rey Supremo del Crowdfunding y co-fundador de la editorial, se pasara por el blog para explicarlo más extensamente. Yo, desde luego, acepté y por eso el post de hoy.

Creo que Víctor es la persona ideal para explicaros el crowdfunding, ya que tiene bastante experiencia en este mundillo. De hecho, la primera vez que oí hablar de él estaba embarcado en el crowdfundig de «Delbaeth Rising: camino de odio» y ahora, su último proyecto «Historia de un revólver» está a punto de salir adelante en Verkami (igual ya ha salido a estas horas, no sé). Y además, el pasado jueves 26 anunció que es el director de Miralejos, la nueva línea de fantasía que pone en marcha la editorial libros.com (que, por si alguien no lo sabía, es una editorial basada precisamente en el crowdfunding). Vamos, que de esto sabe un rato.

Víctor me ha mandado la foto más sensual que tenía.

 

Igual alguien ha entrado a leer la entrada y no tiene muy claro lo que es el crowdfunding, así que lo voy a explicar brevemente. En español, crowdfunding se ha traducido a veces como micromecenazgo y otras como financiación colectiva, y se basa en que tu producto se financia por las aportaciones económicas de los mecenas. Éstos apoyan primero tu proyecto donando una cantidad y si éste sale adelante reciben más adelante su recompensa, que varía según la cantidad, la campaña…etc. En mi opinión, el crowdfunding para escritores y artistas es una alternativa a otros tipos de publicación, ya que te permite obtener un adelanto del dinero que puedes usar, por ejemplo, para cubrir los gastos de maquetación, corrección, portada… Para que así puedas acabar el libro y empezar a distribuirlo. Es como si los mecenas lo compraran por adelantado, vaya, lo cual supone un riesgo extra, porque tienes que hacer que confíen en ti.

Bueno, espero que con esto haya quedado claro porque ahora ya dejo paso a Víctor, que explicará primero lo básico y después responderá a todas las preguntas que hicisteis con el hashtag #PregúntaleAVíctor. ¡Os dejo con él!

¿Qué pasos hay que seguir para hacer un crowdfunding?

El primer paso siempre es decidir si queremos hacerlo de verdad. Si nos apetece lo suficiente como para llevarlo a cabo de forma natural y si estamos preparados para que fracase el proyecto sin que eso nos lleve a demonizar nuestra propia obra.

A partir de ahí, pues dependerá un poco de la plataforma en la que queramos organizarlo.

Lo básico es grabar un vídeo, redactar un texto, establecer las recompensas y fijar el canal por el que nos llegarán las contribuciones. Por ejemplo, es importante saber que una cuenta de PayPal debe ser activada para recibir dinero entrante, y que este proceso suele tardar un mínimo de tres días. También hay que tener en cuenta que la plataforma debe aceptar nuestra solicitud.

Pero como lo más importante es lo que me vas a preguntar a continuación y yo soy médium, me reservo el siguiente espacio para desarrollarlo.

¿Cómo hay que gestionar la promoción antes y durante la campaña?

Sabía que me ibas a hacer esa pregunta, como si hubiera leído la entrevista de antemano. Qué cosas.

Hay una cuestión semántica en el enunciado que nos permitirá reflexionar un poco. No creo que deba hablarse de promoción, marketing, etc., pues el crowdfunding no tiene o no debería tener una finalidad comercial. Lo que hacemos en realidad es una invocación. Invocamos la generosidad y el deseo de una persona para que convierta en realidad nuestra obra. Aunque un proyecto se saca adelante con el apoyo de mucha gente, en el fondo es una única persona la que lo hace posible, y es el mecenas.

¿Por qué digo que es una única persona la que lo hace posible, si un crowdfunding sale adelante con aportaciones de mucha gente? Es abstracto, pero creo que sencillo de entender: la aportación individual de cada mecenas es la que arrastra a los demás a apoyar el proyecto.

Es decir, yo pongo dinero porque el proyecto me gusta y sé que otras personas lo van a apoyar también. Esas personas, a su vez, lo apoyan porque esperan que también yo contribuya. Es una cadena mágica en la que hasta cientos o miles de mecenas están conectadas entre sí por este razonamiento.

Y entonces pasa esto…

De acuerdo, puntilloso. Entonces, ¿cómo hay que gestionar la invocación?

Supongo que el reto del crowdfunding literario no es diferente al reto de siempre de un escritor: conseguir hacer entender al lector por qué debería leer tu libro. Decirte que mi propio libro vale la pena tiene un poder de convocatoria relativo. Es mejor que te lo diga otra persona. En eso se basa, en el fondo, la razón de ser de las editoriales. Yo (el editor) selecciono esto y te lo ofrezco porque vale la pena, es decir, vale el dinero que vas a invertir.

Quizá una manera de conseguir esto cuando nos estamos publicando a nosotros mismos es hacer que otras personas hagan de “jueces” o “analistas” de nuestra obra.

Este es el procedimiento que yo he seguido con Crónica del rey cautivo, Delbaeth Rising e Historia de un revólver. Creo que la esencia de estas campañas fue hacer comprender el libro por los ojos de otras personas.

Deberemos acudir a gente que tenga cierta tradición en el medio literario en que nos movemos. Ofrecerles un pequeño fragmento o un par de capítulos de la novela. Explicarles que vamos por crowdfunding y pedirles que nos ayuden a difundir el proyecto, en el caso de que lo consideren interesante.

Esto es importante. El mero hecho de que escribas un libro no te inviste de un derecho inviolable a que este libro sea leído por alguien. Con una campaña de crowdfunding pasa lo mismo. Son muchas las personas que se van a interesar por ella, pero son muchas más las que no. Es ley de vida.

En cuanto a cuanta gente va a ayudarnos a difundir nuestro proyecto, obviamente, aquí ya entramos en la realidad que nos rodea. Al fin y al cabo, el tiempo libre de cada cual es muy sagrado y normalmente bastante escaso; muchas personas no podrán o no estarán dispuestas a ayudarnos. En el fondo, está en nuestra mano que una campaña cuente con el apoyo de nuestros compañeros y amantes del género para la difusión. Suele ser bastante justo. Si a lo largo de tu vida o tu carrera has ayudado a otras personas a dar a conocer sus proyectos, estas personas te ayudarán ahora. Si eres un lobo solitario, pues tendrás que luchar esta batalla de un modo también solitario.

Las entrevistas o pequeñas impresiones sobre el proyecto en webs y blogs especializados suelen ser una buena manera para el lector de acercarse a un proyecto. Podemos considerarlo “publicaciones” de nuestra campaña, canales por los que conseguiremos que personas a las que les gusta leer conozcan de su existencia. Hay de crowdfunding de 30 días y otras de 40. Es importante organizar el ritmo en que estas publicaciones irán saliendo para que no se pisen unas a otras, no saturemos a la gente, y no nos encontremos con semanas vacías en las que no se publica nada. Supongo que dos publicaciones semanales son un buen ritmo, y en ningún caso comenzaría una campaña de crowdfunding sin un mínimo de una publicación semanal.

Empezamos con las preguntas que nos han llegado mediante el hashtag #PreguntaleaVictor

¿Qué diferencias hay entre una plataforma y otra? (Verkami, kickstarter, indiegogo…)

 Las hay, desde luego. Es un tema que debería analizarse con meticulosidad.

No tengo espacio para hacer un análisis detallado, pero las más importantes serían para mí la posibilidad de fijar o no la duración de la campaña y la opción de recibir más de una aportación por cuenta. Verkami, además, te ofrece asesoramiento. También lo hace Libros.com, que es la editorial con la que me inicié en esta herramienta, cobijo sin el cual seguramente no me habría lanzado a probar este método.

 

Si llegas al objetivo, cuánto pagas a hacienda?

 Debe gravarse con el IVA o el ITP. En todo caso, el beneficiario deberá declarar también en el IRPF los ingresos como actividad económica y si es una persona jurídica (una entidad, asociación o sociedad), en el impuesto de sociedades.

 

Si un proyecto no sale adelante con el crowdfunding, ¿las editoriales ya lo miran con malos ojos?

 Cada vez tengo menos claro qué quieren, o incluso qué son las editoriales.

En mi opinión, ser un mal gestor de una campaña de crowdfunding no te convierte en un mal escritor, aunque sí que puede ser interpretado como un indicio de que tu obra no ha conseguido conectar con una base de lectores. Supongo que debería analizarse cada caso en particular.

¿A partir de cuántos proyectos conseguidos Verkami te manda un jamón por navidad?

 Todos los que apoyéis mi próximo proyecto recibiréis uno. Pero en formato .epub

¿Hasta qué punto debes tener empezado el proyecto antes de empezar con el crowdfunding?

Personalmente, primero me preocuparía de escribir y luego de publicar.

¿Qué diferencias señalarías entre la publicidad para un libro ya publicado y otro en proyecto de crowdfunding?

En un mundo donde casi ninguna editorial tiene posibilidad de invertir en publicidad, creo que Internet y las redes sociales son la clave. Una buena campaña de crowdfunding es una de las mejores herramientas de publicidad (hablo por mi experiencia con Delbaeth Rising: Camino de Odio). Pero a parte de eso no veo diferencias, tenemos que movernos por nuestras propias obras. Al fin y al cabo es eso lo que queremos, ¿no? Que la gente nos lea.

 ¿Tortilla con o sin cebolla?

 Con cebolla me gusta más, pero la otra también me la como, ¿eh?
 ¿Que ejemplos hay de libros publicados con crowdfunding que luego hayan tenido un seguimiento más mainstream?

 Lo ignoro, la verdad. Habría que definir mainstream: lo que para mí, en literatura, supone vender tiradas de cuatro dígitos. No creo que cuando te mueves a ese nivel necesites una campaña de crowdfunding, la verdad.

¿Qué cosas habría que tener totalmente preparadas antes de empezar una campaña?

Principalmente, el presupuesto de lo que nos va a costar el libro y las recompensas. La portada también es clave y necesitaríamos al menos un avance de la misma. Además de esto, tal y como os comentaba antes, yo no empezaría sin un mínimo de un artículo semanal sobre el proyecto.

En caso de que no se llegue a la financiación que se pide, ¿qué ocurre con el proyecto? ¿Se cancela?

Se cancela como proyecto de crowdfunding, el dinero vuelve a la cuenta de los mecenas y el autor probablemente necesitará varios días o semanas para recuperarse del golpe. A partir de ahí se puede intentar por otras vías. En mi opinión no hay que hacer un drama, estas cosas pasan. Como decía antes, llevar mal una campaña de este tipo no tiene nada que ver con la calidad de la obra.

 

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Bueno, pues hasta aquí la lección de hoy. Desde aquí solo me queda darle las gracias a Víctor por haberse ofrecido a explicárnoslo todo (fue él, yo no tuve que convencerle, lo juro) y a vosotros, recomendaros que no le perdáis la vista, tanto la editorial Ronin Literario como la línea de Miralejos de Libros.com tienen pinta de que van a llegar muy muy lejos.

Espero que os haya servido o que al menos os haya abierto los ojos a otras formas de financiación. No olvidéis compartir y dejar un comentario (se aceptan dudas) y hasta el próximo domingo 😀